Ser parte. La discriminación de las personas mayores

La discriminación cotidiana que las personas mayores sufren solo por el hecho de ser mayores es una realidad que desde Cáritas queremos poner fin.

En diciembre de 2022 la RAE incluyó una palabra nueva en su diccionario: Edadismo. La discriminación cotidiana que las personas mayores sufren solo por el hecho de ser mayores.

Resulta paradójico que en una sociedad en la que gracias a la investigación, los avances médicos, laborales, sociales, etc… cada vez se envejece con mayor calidad y cada vez hay más personas mayores (ya hablamos con naturalidad de llegar a los 105 años), el valor que se le da a toda esta población, la que supera los 65 años, sea cada vez menor.

Las Cáritas diocesanas llevan muchos años poniéndose de frente a esta realidad que no solo hace sufrir a las personas mayores, sino que las invisibiliza y excluye del mundo, de su barrio, de su pueblo.

La Soledad

El sentimiento de soledad, que es intenso, muy desagradable y duradero en el tiempo, está íntimamente relacionado con el sentimiento de pertenencia. Son las dos caras de una misma moneda, la comunidad. Así que si por prejuicios y estereotipos aprendidos y no cuestionados, las personas de entre 30 y 50 años (que somos las más edadistas) discriminamos y apartamos a las personas mayores de la vida cotidiana, del espacio comunitario compartido… estaremos dañando su sentido de pertenencia y por lo tanto, facilitando ese sentimiento horrible que es la soledad de quien siente que nadie le espera, que ya no es útil en su vecindario, familia, pueblo…

Crear vínculos

Los estereotipos (generalmente negativos) sobre las personas mayores, ese grupo de edad que va entre los 65 y los 105 años y que nos atrevemos a homogeneizar y considerar como un grupo con las mismas necesidades, capacidades, deseos, etc… favorecen el rechazo. Y al apartar de la vida común a quien consideramos menos válidos, nos perdemos todas sus habilidades, conocimientos, capacidades…

Desde muchas parroquias y proyectos diocesanos se está apostando por recrear los vínculos, por construir y reconstruir esos lazos de pertenencia que nos hacen sentir a todas las personas que somos importantes. Porque todas somos importantes. Quizás en tu parroquia, en tu Cáritas haya un proyecto así. Quizás te apetezca conocerlo y formar parte.

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