Este lunes 30 de marzo, se conmemora el Día Internacional de las Empleadas del Hogar. La finalidad de este día es, por un lado, celebrar los avances que se han realizado en los últimos años en este ámbito y a la vez, reivindicar aquellos aspectos que siguen incidiendo en la precariedad de las condiciones de trabajo de este colectivo, tan necesario como vulnerable.
Desafortunadamente, este año, a la denuncia habitual por situaciones como ausencia de contrato, contratos que no reflejan las horas totales, un régimen especial por el que no se cotiza por desempleo, legalidad del despido por desistimiento (exime alegar causas), la difícil situación de las internas, etc.; debemos añadir la precariedad que ha acarreado la situación de confinamiento nacional derivada del COVID- 19, que ha sumado grandes dificultades a situaciones ya de por sí suficientemente precarias.
Desde Cáritas queremos servir de altavoz, compartiendo testimonios de algunas mujeres que se dedican al empleo doméstico:
- “En estos días que vivimos esta emergencia de alerta nacional por el coronavirus, muchas nos estamos quedando sin empleo. Y se nos convierte en otra emergencia para cubrir nuestras necesidades. Por esta razón, en este día sólo puedo pensar ¿dónde están mis derechos laborales?» Nilda.
- “Yo estoy sufriendo mucho por mi hija, que tiene dos niños pequeños, está sin trabajar y tiene que pagar luz, agua y alquiler. Yo sólo puedo ayudarla con la comida. Y toda esa ayuda que dicen en la tele nadie te coge el teléfono, hemos llamado para las ayudas de alquiler y no contestan. Es una impotencia muy grande…» Loreta.
- “A mí me afecta el confinamiento en mi trabajo. Mi jefa no me puede pagar mi sueldo del mes y tengo dos hijos que están estudiando y dependen de mí. Me afecta muchísimo… Necesito por lo menos ayuda para el alquiler de 450 euros, la luz y el agua». Anastasia.
Aprovechamos para hacer un llamamiento a nuestra clase política, para que recuerde, a la hora de establecer medidas, a este colectivo que ya no quiere seguir siendo el eternamente olvidado.
Esta tarde, nuestro aplauso, será para ellas.
