Jornadas Institucionales: mesa de experiencias

La última sesión de nuestras Jornadas Institucionales de este año fue, sin duda, la más emotiva. A lo largo de los días, nos adentramos en las dimensiones evangélica y técnica de la Participación, pero fue al aterrizar todos los conceptos trabajados previamente cuando pudimos comprobar aquello a lo que hace alusión el título de las Jornadas Institucionales: la Participación es un camino hacia la transformación.

Esta tercera jornada estuvo protagonizada por la experiencia. A través de varios testimonios, conocimos tres proyectos diferentes, que tienen como denominador común la implicación y la participación de las personas que los conforman.

Los primeros en intervenir fueron los miembros de la Asociación Rehoyando. Desde este proyecto se trabaja con personas que están o han estado en prisión, para poner los fundamentos necesarios para su futura integración en la sociedad en las mejores condiciones posibles y promover su reinserción sociolaboral, intentando prevenir y evitar situaciones de exclusión y reincidencia. La mayoría de las personas que pertenecen a este proyecto son voluntarios y voluntarias, que trabajan mano a mano con la comunidad parroquial y en red con otras entidades.

Las personas que participan en el proyecto Rehoyando reciben una acogida y un acompañamiento individualizado, así como una atención psicológica a través de la cual se evalúan las necesidades y las potencialidades de cada persona. Solo descubriendo estas potencialidades, se puede acompañar a la persona en su proceso de inserción. También se ofrece un servicio de asesoramiento laboral y cuentan con un espacio de trabajo: la Finca La Cebolla en Bañaderos.

El proyecto está bien integrado en el barrio de Las Rehoyas. Uno de sus objetivos es abordar el trabajo desde una perspectiva comunitaria a través de espacios de encuentro, asambleas, actividades conjuntas de formación, ocio y las relaciones con la comunidad parroquial de la zona. Además, cuentan con un piso en el que pueden residir las personas que acaban de salir del centro penitenciario y que se comprometen con la iniciativa.

Uno de los grandes valores de Rehoyando es la manera que tienen de trabajar potenciando el sentido de comunidad y cuidando a las personas a través del entorno. Así lo reconoce Ramón, uno de sus participantes, presente en la ponencia: «Estaba en prisión y me comentaron este proyecto. Me apoyaron cuando salí a la calle. Me han apoyado en mis estudios, a la hora de trabajar en grupo… antes tenía otro rumbo. Llevo dos años y me ha servido mucho. Doy gracias a esto porque he conseguido recuperar a mi familia. He salido adelante aprendiendo por mí mismo a arreglar mis papeles, ir al banco… Estoy sacando 4º de la ESO. Estoy muy agradecido por cómo me han acogido.»

Después de conocer una experiencia tan enriquecedora, llegó el turno de escuchar el testimonio de Indira, que pertenece al grupo de mujeres que trabajan en el sector del empleo doméstico de Cáritas Diocesana de Canarias. Este grupo plantea la defensa de sus derechos desde la participación activa.

“Represento a un grupo de compañeras y a un proyecto, un sueño. Somos un grupo de compañeras que fuimos en búsqueda de algo al Área de Empleo y que encontramos un objetivo común que es la reivindicación de los derechos”, relata Indira.

En 2016 se constituye el grupo Maresía, a través del cual se denuncian las precarias condiciones laborales que se dan en este sector: contratos laborales ausentes; retribuciones malas; tiempo de trabajo que no se ajusta a la legalidad; muy pocas trabajadoras afiliadas a la Seguridad Social; trabajos de interna que legalmente no están permitidos, pero para los que hay mucha demanda y están muy mal remunerados… Tal y como explica Indira: «Sin un contrato laboral, es muy difícil exigir ciertas condiciones laborales».

Este grupo tiene muy claras sus demandas: luchar contra los trabajos precarios y en igualdad de condiciones; introducir las medidas necesarias para que la ley se cumpla y la elaboración un convenio colectivo. Creen firmemente que a través de la formación y de la participación, es posible la transformación de la sociedad.

La tercera experiencia de participación que tuvimos la oportunidad de conocer fue la que nos contaron de primera mano las personas que conforman los Espacios de Encuentro del Grupo de Cáritas Parroquial en el Barrio de San Nicolás: técnicos, voluntarias y participantes.

En este barrio humilde, de marineros, Cáritas atiende a unas 160 familias, gracias a la labor de ocho voluntarias. Cuentan con un espacio de acogida, talleres de manualidades y espacios de encuentro y todo esto, se hace desde la alegría: » Nos dimos cuenta de que las cosas buenas se tienen que hacer contentos. Teníamos que salir del hoyo. Nos reunimos y tomamos una decisión, queríamos un espacio diferente. Fue un espacio de encuentro y diversión. Es un espacio abrigo. Nos encargamos de llenarlo de cosas lindas donde podemos ser nosotros mismos. Sólo queríamos hacer fiesta. Es una casa llena de las personas que acompañan, de los acompañan a los acompañados….», cuenta Josué Pérez, técnico del Área de Familia de Cáritas que acompaña estos espacios.

A través de la alegría se consolida la participación y sale reforzado el sentimiento de pertenecer a una comunidad. Esto alienta el trabajo con otros proyectos como Barrios Orquestados o la Fundación Farrah.

«Entre todos hemos creado un clima de comunidad donde acompañarnos y también bailar, queríamos conocer el barrio, conocer las historias y honrar los testimonios a través de los espacios de narración”, dice Elena, voluntaria. “No comemos, pero nos reímos”, así expresa lo que es el espacio de encuentro Juana, una de sus participantes.

Tras conocer todas estas experiencias, hubo un momento para compartir las ideas, las emociones y los aspectos prácticos que los asistentes se llevaron tras su participación en las Jornadas Institucionales.

 

Monseñor Francisco Cases, Obispo de la Diócesis, que estuvo presente en esta última jornada, nos dedicó unas emotivas palabras y tras la oración final elaborada por Segundo Díaz, se cerraron las Jornadas Institucionales de este año, gracias a las cuales reafirmamos que la Participación es el camino para conseguir un mundo más justo y solidario.

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