El futuro laboral de las personas que ejercen como trabajadoras del hogar y especialmente como cuidadoras, pasa necesariamente por la participación de las familias empleadoras en todos los espacios de reflexión y por la unión de las trabajadoras en asociaciones que permitan la defensa y reivindicación de su realidad. Estas son las dos principales conclusiones del debate que se realizó durante la I Jornada de Reflexión organizada por el Proyecto de Asesoramiento a Trabajadoras del Hogar del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Canarias, y que se celebró bajo el lema El empleo doméstico: más allá de la regulación.
Cerca de medio centenar de personas asistieron ayer (miércoles, 9 de abril) al Club de La Provincia para participar en la I Jornada de Reflexión El empleo doméstico: más allá de la regulación. La proyección de un vídeo de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Vizcaya y el testimonio de Clara Curampa, sirvieron para enmarcar el debate posterior, y cumplir el objetivo de iniciar un diálogo sobre la realidad social, salarial y laboral de las personas cuidadoras.
Clara Curampa, explicó la realidad que vivió tras llegar de su país natal, Perú, y encontrarse que los compromisos laborales adquiridos por las familias empleadoras, no se cumplieron. La situación de desamparo y la realidad de desconocimiento de la legalidad e incluso las diferencias culturales, añadieron un mayor sufrimiento a la imposibilidad de enviar dinero a su familia y ayudarla.
Durante el debate, se mostró claramente las dificultades y el desamparo a las que las trabajadoras del hogar se enfrentan, y se propusieron diferentes alternativas. Entre las conclusiones de este debate, dos fueron las más destacadas: la necesidad de que las familias empleadoras participen en estos espacios de reflexión para madurar juntos en el proceso y la necesidad de asociarse para afrontar la defensa de los derechos y los problemas asociados a la soledad.
