La vida debe prevalecer frente a la protección de las fronteras

Cáritas Internationalis y el Servicio Jesuita para los Refugiados (JRS) manifiestan que los Gobiernos deben hacer más, ofreciendo soluciones legales para que los refugiados y las personas migrantes pueden viajar con seguridad.

 

En una nota hecha pública en Roma el pasado viernes, 25 de octubre, ambas organizaciones de Iglesia aseguran que el reciente naufragio que supuso la muerte de 366 inmigrantes en las costas de la isla italiana de Lampedusa revela el fracaso de la política de inmigración de la Unión Europea.

Este incidente no es un caso aislado de otros en los que las personas migrantes son maltratadas, explotadas y agredidas como consecuencia de un enfoque negativo de las migraciones por parte de los Gobiernos de todo el mundo.

Los habitantes de Lampedusa y la Diócesis de Agrigento actuaron para salvar las vidas de aquellos que lo necesitaban: sus acciones deben inspirar a nuestros Gobiernos a seguir su ejemplo.

Cáritas y el JRS quieren expresar que los refugiados y las personas migrantes tienen derecho a una vida digna.

En ese sentido, ambas organizaciones instan a los líderes religiosos y políticos, a los Gobiernos, a las organizaciones internacionales y de las Naciones Unidas a:

 

  • Reconocer que las personas tienen derecho a migrar y que no son delincuentes.
  • Intensificar los esfuerzos para salvar a la gente en el mar. El nuevo reglamento de la UE para el control de fronteras, Eurosur, debe asegurar la búsqueda y rescate eficaz de las personas migrantes. No se puede condenar a los capitanes de buques que rescatan a las personas migrantes como si fueran delincuentes.
  • Los países de origen tienen el deber de cuidar y proveer de oportunidades a sus ciudadanos. Deben invertir más recursos en la reducción de la pobreza mediante la educación, mejorando las infraestructuras y el buen gobierno mediante políticas adecuadas.
  • La comunidad internacional debería aumentar los presupuestos de ayuda para el desarrollo humano, con el fin de impulsar las oportunidades de las personas en sus países de origen.
  • Promover la migración como una oportunidad de desarrollo para todos. Las investigaciones demuestran que las personas migrantes contribuyen más a las sociedades de acogida que los presupuestos públicos se gastan en ellos.
  • Abrir canales para la migración regular laboral, incluida la de los trabajadores poco cualificados.
  • Proporcionar una protección eficaz y soluciones de accesibilidad para las personas que huyen de la violencia y de agresiones a los derechos humanos, al mismo tiempo que se  invierte en medidas de consolidación de la paz.
  • Abolir la detención indiscriminada de personas que buscan protección, así como su criminalización al denominarlos migrantes ilegales. Reducir el uso del internamiento de las personas migrantes aplicando otras alternativas.
  • Proteger los derechos de las personas migrantes y refugiadas, de acuerdo a los compromisos adquiridos con la firma de los tratados y convenciones de derechos humanos.
  • Perseguir de forma efectiva a las redes criminales que explotan, torturan y ponen en riesgo la vida de las personas migrantes para su beneficio personal.
  • Trabajar con las organizaciones de la sociedad civil que acompañan y asisten a las personas migrantes.

 

Las personas refugiadas y solicitantes de asilo que sobreviven a la travesía tienen que enfrentarse a un largo proceso para obtener una protección eficaz. Tras su llegada a Lampedusa o a otro lugar de las costas italianas, los refugiados son olvidados y se vuelven invisibles en las ciudades europeas.

El Centro Astalli (JRS Italia) acompaña y apoya a los refugiados urbanos en toda Italia.

Cáritas Italiana, por su parte, planea establecer un centro en Lampedusa, que se convierta en un símbolo internacional de la trágica pérdida de vidas de las personas migrantes y que, mediante el estudio y monitoreo de los movimientos que se producen en el Mediterráneo y en otras partes del mundo, sea testigo de los migrantes que mueren en su viaje.

Cáritas Internationalis es la organización humanitaria y agencia oficial para el desarrollo de la Iglesia católica.

El Servicio Jesuita a Refugiados es una organización católica internacional cuya misión es acompañar, servir y defender los intereses de los refugiados y otras personas desplazadas por la fuerza.

Ambos acercan las voces de las personas migrantes y refugiadas a los foros mundiales sobre migración y desarrollo. También apoyan medidas como el asesoramiento previo a la partida, la acogida, los servicios de integración, el asesoramiento legal y social.

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