- Cáritas lanza la campaña fuera de cobertura para concienciar a la sociedad sobre la desprotección social que sufren estas personas.
- Cáritas Diocesana de Canarias atendió en 2022 a un total de 2.530 personas afectadas por esta vulneración del derecho a la vivienda.
- Cáritas constata una creciente feminización de la pobreza. Dos de cada diez personas sin hogar en situación de calle atendidas son mujeres.
Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, que se conmemora el próximo 29 de octubre, Cáritas ha lanzado una nueva campaña con el lema “Comparte tu red. No dejes que se queden fuera de cobertura”. Con ello, Cáritas denuncia la falta de acceso a derechos y, en especial, la desprotección social que sufren estas personas.
Cáritas Diocesana de Canarias atendió en 2022 a un total de 2.530 personas afectadas por esta vulneración del derecho a vivienda digna desde el área de Vivienda y el proyecto Alojamientos Alternativos. En total, a nivel nacional, el año pasado Cáritas atendió a 39.487 personas sin hogar en situación de calle, un 6,13% más que el año anterior, según la Memoria de actividades presentada el pasado mes de junio. Dos de cada diez eran mujeres y más de la mitad, españolas (51,6%).
El ‘sinhogarismo’ es un problema social que no solo aglutina a las personas en situación de calle. El número de personas afectadas por esta realidad varía en función del grado de exclusión residencial que se tome en cuenta.
Las personas atendidas responden a tres perfiles:
Quienes encabezan hogares que ven peligrar su derecho o recientemente se han visto sin la posibilidad de asegurar su vivienda, aquellas que esperan poder salir de su coyuntura y personas en una situación cronificada, permanentes de la calle y de la red asistencial.
1. Para las familias que se encuentran en riesgo de pérdida de su vivienda pero que aún la conservan, se activan todos los recursos, en estrecha colaboración con el servicio jurídico de Cáritas Diocesana de Canarias. Cuando el desalojo ha sido inevitable, la búsqueda de un espacio digno es la prioridad, con las dificultades de accesibilidad que conlleva.
2. Las personas que se encuentran en una situación de vulneración del derecho más coyuntural, con mayores probabilidades de generar cambios en su situación, cuentan con recursos alojativos donde cubrir sus necesidades básicas y, con un trabajo acompañado con planes de ahorro y orientación, se enfocan hacia su autonomía personal y el acceso a una vivienda.
3. Las personas con perfiles más cronificados incluyen situaciones estructurales de desarraigo familiar y social y, en muchas ocasiones, a años de consumo que merman sus capacidades. Estas personas hacen uso de los recursos de Cáritas para cubrir sus necesidades básicas y sus derechos de ciudadanía (documentación, salud, prestaciones sociales, etc.).
Aumento de la feminización de la pobreza
Cáritas también constata una creciente feminización de la pobreza. Las personas sin hogar que acompañamos desde Cáritas Diocesana de Canarias son mayoritariamente hombres (82%), frente al 18% que son mujeres. A pesar de que es un perfil masculino, cada vez existen más mujeres en esta situación. Respecto al año anterior aumentó 6 puntos porcentuales en la provincia de Las Palmas.
El progresivo aumento de la demanda femenina en estos proyectos de Cáritas ha motivado que en los últimos cinco años el 36% de las Cáritas diocesanas hayan decidido incrementar las plazas disponibles para mujeres en sus recursos. Así lo refleja el estudio “Un trabajo, una habitación y un gato”, cuyo objetivo es identificar las situaciones de sinhogarismo que viven las mujeres atendidas por Cáritas.
De ahí que se ponga el foco en ellas, pues los recursos no están diseñados para este colectivo y se encuentran con mayores dificultades de inserción. Cáritas Diocesana de Canarias, con actos como la marcha desarrollada este jueves en la capital grancanaria por la Avenida Marítima desde la plazoleta de Los Olímpicos en Las Alcaravaneras hasta Mesa y López con la lectura de un manifiesto, busca concienciar a la sociedad sobre la desprotección social que sufren estas personas.
Como reza el manifiesto de esta edición, “cuando no hay vivienda se vulnera el derecho al agua, a la higiene, a la seguridad, a la alimentación, al uso de tecnologías, a tener una dirección para las gestiones. También a la salud física y mental”.
