María, en riesgo de desahucio con dos hijas: «Me quedé sin nada en pocos meses»

«No tengo palabras ni dinero para agradecer todo lo que hicieron por mí en Cáritas», afirma una mujer en riesgo de exclusión residencial en Las Palmas de Gran Canaria

Un infortunio inesperado, “un accidente tonto”, hizo que su vida se derrumbase en apenas unas semanas. Mayra, madre soltera con dos hijas, se vio en la calle, en el hospital sin dinero, y con dos pequeñas a su cargo. Nunca se imaginó tener que recurrir a Cáritas, pero sin más posibilidades, con problemas de salud y sin ingresos para pagar el alquiler y sufragar los gastos básicos de su familia, se armó de valor y se decidió a acompañada de una amiga a acudir a la sede de la avenida de Escaleritas.  

“En pocos meses mi vida cambió totalmente y me vi sin nada con mis dos hijas. Tuve un accidente y me rompí los pies. Al estar de baja solo cobraba 300 euros, más otros 300 de la paga del Ingreso Mínimo Vital, pero en el alquiler se me iban 400 euros. Por lo que me quedaban sólo 200 euros para todos los gastos de tres personas, mis dos hijas y yo”, recuerda Mayra antes de que todo empeorase. 

“Poco después me quitaron la paga y me quedé solo con 300 euros. En ese momento una de mis hijas es hospitalizada y me veo en el hospital, sin dinero, sin poder pagar el alquiler, con mi otra hija en casa de mi madre, y sin dinero. Estaba a cero. Comía lo que a mi hija le sobraba de la bandeja del hospital. No se lo conté a nadie en ese momento, pero estaba desesperada”, recuerda emocionada, por lo que tuvo que pedir ayuda. Recuerdo que fui a la casa de una señora en La Feria que da comida a las personas con problemas y le comenté mi situación, que me iba a quedar en la calle. Es cuando ella logra que contacte con otro señor que me dice que vaya a Cáritas, que allí me ayudarán. Fue un proceso muy duro para mí, estaba en una situación límite: o pagaba el alquiler con los 300 euros o comíamos mis hijas y yo”.

Mayra recuerda que antes de ir a Escaleritas, tocó muchas puertas, pero solo la de Cáritas se abrió y todo comenzó a mejorar. No se evitó el desahucio, sino que le tendieron una mano y le ofrecieron un abrazo en el peor momento de su vida. “Fui a todos los organismos posibles antes de ir a Cáritas, les expliqué mi situación y se pusieron en contacto conmigo. No tengo palabras para agradecer todo lo que la técnica de Cáritas hizo por mí. Me ayudó con toda la documentación, me facilitó los traslados por mis problemas de salud y me gestionó tres meses de alquiler porque tenía el riesgo de quedarme en la calle”, dice Mayra, que aún le cuesta entender cómo su vida se derrumbó en poco tiempo. 

“Siempre he sido una mujer trabajadora, que he sacado a mis dos hijas adelante, pero tras el accidente me vi incapacitada para trabajar y todo empeoró. Ahora tengo una paga de 600 euros, pero gran parte se me va para el alquiler y tengo que hacer malabarismos para pagar todos los gastos y la alimentación de las tres. La situación sigue siendo muy difícil, pero al menos tengo un techo asegurado gracias a Cáritas Lo demás viene y va, pero al menos tengo un techo para mis hijas. Lo que me ha pasado a mí puede pasarle a cualquiera y a mí me ha salvado Cáritas”, afirma esta madre coraje, que nunca olvidará el abrazo que recibió al pedir ayuda. 

“No paraba de llorar, no solo relaté todo lo que me estaba pasando sino que también supuso un desahogo. Cáritas me ha ayudado en uno de los momentos más difíciles de mi vida. No solo es lo material, es que te escuchen, que te den la mano, que te abracen. No tengo palabras ni dinero para agradecer todo lo que hicieron por mí en Cáritas. Aunque la situación sigue siendo muy difícil, tranquiliza que si lo necesito volveré a tener la ayuda para mí y para mis dos hijas”. 

Cáritas Diocesana de Canarias atendió a más de 3.100 personas tienen dificultades para lograr o conservar una vivienda.

  • Atendió a 271 familias en riesgo de pérdida de vivienda.
  • Ayudó y acompañó a 2.378 personas en situación de sin hogar.
  • El 32% de los hogares atendidos carece de titularidad de la vivienda.
  • El 15% de las personas atendidas recibe ayudas para las viviendas.

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