Amada Santiago, de 82 años, participa en un proyecto de acompañamiento a mayores de Cáritas Diocesana de Canarias
Amada tiene 82 años es viuda desde hace 20. Y en los últimos años, la soledad la acompaña día y noche. “Enviudé tras una enfermedad hace unos 20 años y, aunque tengo tres hijos, ellos tienen ya su vida y no pueden estar atentos todo el día a mí”, afirma Amada, muy agradecida de la oportunidad de contar su historia a Cáritas solo por la compañía. “Tengo mis achaques de la edad, me cuesta moverme, pero lo peor es la soledad. Gracias a Cáritas me siento acompañada. Porque no tienes con quién compartir tus vivencias o la rutina. Y empiezas a darle vueltas a la cabeza, a pensar cosas que no te ayudan. Sentirse sola es muy triste y, aunque hablo por teléfono con mis hijos o las hermanas que me quedan, necesitas el abrazo, el contacto. Conversar sentados juntos”, relata Amada con cara de resignación.
Sin embargo, el rostro se le ilumina con solo mencionar Cáritas. “Sabía de la labor que hacía, sobre todo dando comida a las personas que lo necesitan, pero no sabía todo lo que hacen. Ayudan a la personas a buscar trabajo, les dan apoyo psicológico, se pueden quedar en el centro (de baja exigencia) de Jinámar, y organizan talleres, formaciones y actividades. Es una organización muy completa. Pero además, que es lo que me ha salvado a mí, también acompañan y ayudan a personas mayores solas como yo. Hay mucha gente así como yo, por lo que hacen una labor hermosa”
Tener familia no es siempre sinónimo de compañía, lealtad o cariño. Muchas personas viven solas a pesar de tener seres queridos, pero “las prisas, los trabajos, la vida como está, hace que se pierda el contacto. Luego están los móviles, la gente esta cada vez más pegada a los teléfonos y eso hace que se pierda el contacto. Ya no es como antes, que te parabas a hablar con la vecina por la calle. Ahora la gente va a lo suyo y se ha perdido el contacto”. Sonríe recordando otros tiempos. También cuando enumera todas las actividades que hace con Cáritas. “Me ayudan a ir al menos una semana a misa, participio en talleres y visitas. Como una de las últimas, que visitamos la Virgen del Pino y tuve la oportunidad de acercarme al camarín. También salgo a diferentes excursiones o me monto en un carro en una de las actividades al aire libre, como cuando fuimos ver el belén de Arena. Si no fuera por Cáritas estaría aparcada ahí, en un rincón sin hacer nada”.
Su caso no es uno aislado. Ella vive en un bloque de pisos de Jinámar, pero cada vez hay más casos como el de Amada, también en las grandes ciudades. Por eso desde el área de Animación Comunitaria y Familia trabajan desde un proyecto de acompañamiento a mayores para hacerles más llevadera la soledad. También el voluntariado cumple una tarea fundamental con estas personas, muchas dependientes, invadidas por la soledad.
“En Cáritas hay una gran calidad humana. Me visitan, me preguntan cómo estoy, comparto muchas cosas con ellas. E incluso, como estoy en un bloque, me hacen algunos ‘mandados’ si necesito algo importante o urgente. Me han salvado la vida solo con el cariño que me dan. Con los abrazos que me dan”. Así nos despedimos, con un abrazo. Y con la promesa de que no será la última visita. Amada siempre está esperando visita, solo hay que avisarla y se prepara rápido, se arregla “porque ya yo soy guapa”, dispuesta a seguir activa, a compartir y participar en todas las actividades que le propongan desde Cáritas.
Proyectos de Mayores de Cáritas Diocesana de Canarias
Desde el área de Animación Comunitaria y Familia de Cáritas Diocesana de Canarias se ha puesto el énfasis en dos colectivos vulnerables: mayores e infancia. En sus proyectos de mayores, se ha atendido a las situaciones de soledad que viven algunas personas. La alternativa a la soledad se centra en el acompañamiento voluntario y semanal en el domicilio y en la participación en actividades de ocio familiar de la que se han beneficiado 71 personas atendidas.
Cáritas Diocesana de Canarias atendió a más de 9.500 familias en 2022
4.739 familias acudieron a las acogidas parroquiales
El 75% recibe alimentos
Un 39% depende de prestaciones públicas
El 49% de las familias tienen a hijos e hijas a cargo
Última actualización: 19/07/23
