Cáritas Diocesana de Canarias denuncia la precariedad laboral de las empleadas del hogar

Considera que aún está lejos una equiparación de derechos con estas trabajadoras, como pueden ser la integración de lagunas en las cotizaciones, la diferenciación profesional entre cuidados de personas y hogar, o lo relativo a las condiciones particulares del trabajo de interna.

Cáritas Diocesana de Canarias, desde su área de Empleo y el grupo de mujeres Trabajadoras del Hogar Maresía,constata queseis meses después de la aprobación del Real Decreto con las mejoras de las Condiciones de Trabajo y de Seguridad Social de las Personas Trabajadoras al Servicio de Hogar, la situación no ha mejorado para estas mujeres empleadas del hogar y la contratación legal no ha experimentado una mejoría considerable.

Cáritas Diocesana de Canarias reconoce el avance que supone este Real la Decreto, que entre otras cosas consolida el derecho a las prestaciones por desempleo de las trabajadoras del hogar, pero reclama de las instituciones una mayor implicación para que las contraten de forma reglada, así como una línea ágil de ayudas públicas para aquellas familias con personas mayores y dependientes que necesitan este tipo de trabajadoras.

Seis meses después de la aprobación del Real Decreto, Cáritas Diocesana de Canarias constata que la mayoría de las personas atendidas desde su área de Empleo siguen sin contrato, y las familias que han decidido legalizar la situación de las trabajadoras se han visto con dificultades al aumentar el gasto de los trámites de gestorías. En este sentido, a pesar de los avances legales, las mujeres trabajadoras del hogar siguen siendo ‘invisibles’ en nuestra sociedad.

En la celebración este 30 de marzo del ‘Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar’, Cáritas Diocesana de Canarias insta a implantar un sistema público que garantice la protección de estas trabajadoras, así como agilizar las ayudas para los cuidados a las personas dependientes.

Cuidados para la atención a estas personas que, a su vez, facilite a las familias canarias poder cumplir con las condiciones laborales de las mujeres trabajadoras del hogar, favoreciendo medidas que puedan garantizar las condiciones de empleos que cumplan la ley.

Ser inmigrante es otro de los factores que condiciona a las mujeres trabajadoras del hogar, por lo que en esta celebración Cáritas Diocesana de Canarias pide reconocer los derechos fundamentales de las personas migrantes en situación irregular, con la regulación extraordinaria para personas extranjeras.

Por todo ello, Cáritas Diocesana de Canarias, insta a garantizar el cumplimiento de acuerdos y derechos laborales desde la supervisión por parte de la Administración, generando así más conciencia social y supervisión en un sector hasta ahora invisibilizado. 

Manifiesto del Grupo Maresía de Cáritas Diocesana de Canarias

Este 30 de marzo es el DÍA INTERNACIONAL de las Trabajadoras del Hogar. Desde Cáritas Diocesana de Canarias queremos apoyar a este colectivo que ha sufrido la ausencia de derechos laborales durante años, considerándolas “trabajadoras de segunda” y que se ha invisibilizado históricamente, aunque siempre han realizado un trabajo esencial para el sostenimiento de la vida de nuestra sociedad.

Desde el año 1998 se reconoce el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, cuyo propósito es colocar en la agenda política la situación de discriminación sistemática de humillación, ilegalidad, desprotección e irregularidad que sufre este sector.

Discriminadas e invisibilizadas como trabajadoras porque el trabajo en el hogar se desarrolla en un ámbito privado, lo que hace que sigan siendo vulnerables, con escasos medios para elevar su voz ante situaciones de injusticia, de ilegalidad o de incumplimiento de acuerdos que puedan darse.

Discriminadas e invisibilizadas como personas migrantes, por una ley de extranjería que las aboca a trabajar en este sector, profundamente marcado por la irregularidad y la economía sumergida, donde muchas personas trabajan sin contrato por su situación administrativa o, en el caso de las trabajadoras del hogar internas, que realizan el trabajo en condiciones que pueden llegar a considerarse de esclavitud.

Discriminadas e invisibilizadas como mujeres, tal y como ha reconocido la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que dictaminó que el no reconocimiento hasta ahora, de su derecho de prestación por desempleo, constituía una discriminación indirecta por razón de sexo en el acceso a las prestaciones de seguridad social, entre otras.

A pesar de que el pasado mes de septiembre se publicó el Real Decreto Ley 16/2022 con las mejoras de las Condiciones de Trabajo y de Seguridad Social de las Personas Trabajadoras al Servicio de Hogar, queda recorrido por andar. Por todo ello, desde Cáritas Diocesana de Canarias y con el grupo de mujeres Trabajadoras del Hogar Maresía, reivindicamos:

Garantizar el cumplimiento de acuerdos y derechos laborales desde la supervisión por parte de la Administración, generando así más conciencia social y supervisión en un sector hasta ahora invisibilizado.

Reconocer los derechos fundamentales de las personas migrantes en situación irregular, con la regulación extraordinaria para personas extranjeras en España.

Implantar un sistema público que garantice los cuidados. Cuidados para la atención a las personas dependientes que, a su vez, facilite a las familias poder

cumplir con las condiciones laborales de las personas trabajadoras del hogar, favoreciendo medidas que puedan garantizar empleos de calidad.

Desde Cáritas Diocesana de Canarias continuamos con las reivindicaciones para conseguir el reconocimiento de las Trabajadoras del Hogar, como trabajadoras de pleno derecho, imprescindibles para el desarrollo de nuestra sociedad, porque si ellas paran, se para el mundo.

 

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