La crisis del Covid-19 es una oportunidad para el compromiso con la fraternidad y la solidaridad internacional en África

Aunque África es el continente menos afectado por el Covid-19, las previsiones auguran consecuencias catastróficas debido a la debilidad de sus sistemas sanitarios y al impacto sobre la situación de hambruna, desnutrición, malnutrición y desatención de las otras grandes enfermedades que aquejan a la población más vulnerable. Según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA), la pandemia podría dejar en la región un saldo de 300.000 muertos y provocar la extrema pobreza de 27 millones de personas. Esta situación es de especial preocupación para nuestras Cáritas Hermanas.

Las Cáritas africanas han tomado medidas para proteger a su personal dotando las oficinas de sistemas de higiene y medidas de distanciamiento. La mayor parte de los proyectos están adaptando sus actividades para incluir acciones de sensibilización a la población, así como reparto de kits de alimentos y de higiene a las familias y personas más vulnerables. De esta manera, se pretende anticipar un más que probable impacto en la desnutrición de las familias afectadas por las continuas crisis alimentarias.

 

Este es el caso de Cáritas Mauritania, donde se han diseñado proyectos y acciones de sensibilización e información comunitaria, y de las Cáritas en Senegal, donde se han adquirido equipos de protección para el personal y se han repartido kits de alimentos y de higiene entre las familias migrantes más vulnerables.

 

Desde Cáritas observamos que existen colectivos especialmente vulnerables durante esta crisis. Por ejemplo, en algunos países en desarrollo, las medidas de control del coronavirus no tienen en cuenta a las niñas y niños sin hogar. Ni a las mujeres que están sufriendo, en especial, las consecuencias de la pandemia.

 

Lo cierto es que solo se conseguirá dejar atrás esta crisis si se plantean acciones que promuevan la igualdad aquí y allá. Los efectos de la pandemia no son neutros al género. No incorporar el enfoque de género en las respuestas sanitaria, social y económica dirigidas a frenar las crisis derivadas de esta emergencia sería una estrategia miope.

 

En estos momentos de dificultades, tenemos la oportunidad de seguir apostando, desde todos los ámbitos de la sociedad canaria, por la cooperación al desarrollo, la fraternidad y la solidaridad. Si se deja a un lado la cooperación internacional, podría producirse un retroceso importante en el trabajo desarrollado hasta ahora.

 

Cáritas Diocesana de Canarias considera que las consecuencias generadas por la crisis del Covid-19 se suman a la realidad de desigualdad, vulneración de derechos y empobrecimiento que ya existía en los países más pobres antes de esta crisis.

 

La situación en África tiende a empeorar con el confinamiento prolongado en muchos países. Por responsabilidad y compromiso cristiano, Cáritas Diocesana de Canarias mantiene su apuesta por la cooperación fraterna e invita al Gobierno de Canarias, Cabildos, ayuntamientos y demás agentes de la cooperación en Canarias, a mantener e incrementar los fondos destinados a la cooperación al desarrollo. Así mismo, invita a la ciudadanía canaria a mantener su compromiso, más necesario hoy que nunca, con esta realidad tan cercana a nosotros.

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