El pasado 21 de marzo parte del voluntariado de los Proyectos Comunitarios de Alimentos (PCA) visitaron el recién inaugurado PCA de Arrecife (Lanzarote), para conocer sus instalaciones, compartir trayectorias de trabajo, inquietudes y aunar el entusiasmo que están provocando los cambios que se detectan en desarrollo de la acogida y en las propias personas participantes del proyecto. En esta visita también estuvieron presentes cuatro voluntarios del Arciprestazgo de Sardina-Vecindario, en donde se están planteando también sumarse a este proyecto.
La jornada fue muy productiva y emocionante, un día para el encuentro de personas que están trabajando por una alternativa, que se sienten apoyadas unas por otras, que constatan los cambios que se van produciendo y que toman todas las fuerzas y energías para seguir caminando y avanzando como personas y como voluntarios/as.
El Proyecto Comunitario de Alimentos es una herramienta que sigue apostando por la promoción y el trabajo educativo con las familias atendidas desde las Cáritas parroquiales. Surge como una alternativa más para trabajar con y por las personas que se encuentran en situación de riesgo y exclusión social, desde la inquietud por mejorar la calidad de nuestro acompañamiento. Con este proyecto se pretende facilitar alimentos básicos y productos de limpieza e higiene, para favorecer que las personas se sientan autónomas y respetadas en la recepción de los alimentos, educándolas para elaborar una lista equilibrada de productos para su familia y favorecer su participación activa en el proyecto.
A través de iniciativas como ésta pretendemos dar un paso más, mejorando la calidad de la acogida, con más tiempo para la escucha, para conocer la persona y su situación, acompañándola y apoyándola en todas las dimensiones de su vida para que tome el protagonismo y descubra su propio potencial, promoviendo cambios en su día a día. Este proyecto busca trascender el concepto asistencialista de ayuda.
Como punto de partida hay una reflexión que se pone encima de la mesa: el planteamiento y la necesidad de poner “los alimentos” en el lugar que le corresponde, es decir, ponerlos como medio y no como fin de las acogidas y de la ayuda que se presta, que no se conviertan en la única respuesta. Y no porque no sean importantes y sean el sustento de muchas familias, sino porque no queremos convertirnos en meros dispensadores de “la bolsa”, sino en facilitadores de procesos de empoderamiento y de participación en la comunidad de todas las personas implicadas. Por eso, uno de nuestros objetivos es que a cada persona acogida se le facilite un espacio de confianza donde se le ofrezca acompañamiento, orientación y seguimiento en el camino hacia la transformación de su situación de vulnerabilidad.
Queremos agradecer a Cáritas Interparroquial de Arrecife la acogida y el cariño con el que recibieron al voluntariado que forma parte de este proyecto, y, cómo no, a todo el voluntariado, por poner su corazón día a día en sus parroquias, en las acogidas y en su vida. Porque con ellos otros mundo es posible y son ellos/as los que construyen aportando su granito de arena, el Reino aquí en la tierra.
