Fidel Delgado: «Muchas veces el que acompaña cree estar en un nivel superior al otro y no se da cuenta de que todos somos luz»

El viernes 14 de abril contamos en las Jornadas Institucionales de Cáritas Diocesana de Canarias con la presencia de Fidel Delgado, psicólogo clínico que se define como un defensor del humor, un «titiripeuta». A lo largo de la tarde, Fidel Delgado facilitó varias claves sobre la lucidez en el acompañamiento y cuestionó, a través del humor, algunas formas de relacionarnos con las personas a las que acompañamos.

Para ilustrar las ideas más importantes, Fidel Delgado nos facilitó uno de sus coloridos manuscritos, en los que se detallan las claves con las que nos iluminó a lo largo de su charla.

Las personas que acudieron a la ponencia pudieron compartir en grupo alguna de las reflexiones que surgieron a raíz de la charla de Delgado y algunas de éstas se pusieron en común al final de la sesión.

También tuvimos la oportunidad de hacerle algunas preguntas.

Pregunta: Usted se define como «titiripeuta», ¿a qué se debe?

Fidel Delgado: Alguien me vio hacer cosas con juguetes, con muñecos, con «pocoyós»… y se le ocurrió esa expresión. En mi entorno no gustó porque parecía que era devaluar a un psicólogo clínico de mi «nivelón». A mí me ha parecido providencial el hablar de cosas complejas e intangibles con cosas que ve todo el mundo y que cada uno puede entender según sus «entendederas». A través de elementos que todo el mundo puede ver se facilita la comunicación. Para mí, la «titiripéutica»  es una manera de hacer presente lo intangible a través de cosas tangibles.

P: Para usted el humor es una herramienta de comunicación fundamental, pero también afirma que  el sentido del humor repercute en otras muchas cuestiones, como la salud.

F.D. El modo en el que tengas el humor en tu vida, la manera que fluye el humor en ti, si está atascado o fluye con ligereza, implica calidades de vida totalmente distintas. No estamos hablando de la capacidad o no de hacer chistes o bromas, sino de algo mucho más profundo.

P: Usted dice que la lucidez bien entendida empieza siempre por uno mismo, ¿a qué se refiere exactamente?

F.D.: A darse cuenta de cómo funciona uno mismo en los aspectos de la vida como el pensar, el sentir u otras funciones como el comer y el descansar. Si uno se da cuenta de cómo funciona puede ir modificando lo que ha aprendido, lo que sabe hacer y adecuarlo a la vida que va cambiando muy deprisa. ¿Que no te das cuenta de cómo funcionas? Te arrastran los hábitos, las manías y las costumbres y, además, eso influye en los otros que tienen que soportar tus modos automáticos de ser.

P: Para nosotros en Cáritas, el acompañamiento es un valor central de nuestro trabajo. ¿Cuáles serían las claves para un acompañamiento lúcido?

F.D.: Muchas veces el que acompaña se cree estar en un nivel superior al otro, no se da cuenta de que todos somos luz y tenemos en común lo esencial de la vida. No darse cuenta de eso hace que hagamos mucho daño a algunas personas, haciéndoles creer que les faltan cosas importantes, que no tienen luz propia, que su vida no tiene sentido y se lo tenemos que dar nosotros. Acompañar a alguien es acompañar a un semejante que está pasando por unas circunstancias difíciles, pero que es semejante, igual a mí en lo profundo. Eso es lo que considero esencial para evitar que cosas que ayudan en la vida, hagan daño en lo profundo porque hagan sentir a alguien incapaz o inútil.

 

Puedes ver la ponencia completa de Fidel Delgado en las Jornadas Institucionales 2016 aquí.

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