Echarren: un hombre que Cáritas Canarias no podrá olvidar

Los comunicados de prensa, las declaraciones oficiales, los testimonios personales, etcétera, sólo son un índice temático de cuanto escribió, dialogó, animó en torno al compromiso adulto con las personas empobrecidas y con las situaciones socio-económicas y políticas que generan la exclusión y la injusticia estructural de una sociedad en desintegración deshumanizadora. Todo estas declaraciones y entrevistas  solo tienen un ín dice temático. Las tesinas, las tesis, los trabajos académicos irán dando cuenta de la riqueza doctrinal de toda su aportación sociológica, ética política, doctrina social de la Iglesia y orientaciones para las buenas prácticas del ministerio de la Caridad. Las consecuencias vitales, comunitarias y solidarias del creyente encuentran en el magisterio de Echarren una sólida e indiscutible cimentación. En su estilo, formas y actuaciones encontrarán una red segura de caminos, que conducen hacia una Humanidad fraterna y feliz.

Todos sus escritos, artículos, comunicaciones, ponencias, frentes de investigación científica de la realidad de las periferias existenciales de las personas y de la sociedad serán fuentes impresicndibles para beber humanización, desarrollo y auténtica pronnmoción.

Mi experiencia personal de colaboración directa en el gobierno de la diócesis, desarrollo universitario de Centro Teológico y potenciación de Cáritas a todos lo niveles, la sintetizaría en lo siguiente:

 

  1. SUMAR capacidades; destacar cualquier aspecto positivo aprovechable para complementar.
  2. REPARTIR responsabilidades, confiando en las personas, apoyándolas y arriesgándose.
  3. COORDINAR a todos los niveles, desde el Consejo Episcopal hasta la parroquia más pequeña.
  4. CUIDAR los mandos intermedios, como nervios y tejidos de todo el Cuerpo Eclesial.
  5. ESCUCHAR a todos, facilitar el debate, respetar las divergencias, animar el discernimiento.
  6. LOGRAR ACUERDOS y acompañar su cumplimiento, revisarlos y avanzar.
  7. COMPRENDER  LOS FALLOS, disculparlos con paciencia y retomar la marcha.
  8. ESTRUCTURAR espacios de corresponsabilidad desde los núcleos celulares hasta  las asambleas, que daban forma vinculante a toda la Iglesia, como cuerpo vivo, animado por el Espíritu, del que nadie estaba excluido.
  9. ATENDER las voces extra eclesiales, sus puntos de vista, sus críticas, sus discrepancias, discernirlas y agradecerlas, aunque procedieran de otras tradiciones religiosas, ideologías u  opiniones individuales o colectivas.
  10. Por eso «inventó» la Delegación de Hodegetica (Pastoral Social)  que coordinara los G.A.S. (Grupos de Acción Social) y cuanto moviera la Iglesia Diocesana en torno a la atención a los pobres, el compromiso social, la denuncia profética, etcétera. Éste fue el paso previo a la consolidación de unas Cáritas más en linea de promoción, constituyéndolas en todas las parroquias, coordinadas por arciprestazgos  con efectiva comunicación cristiana de bienes, sin minusvalorar las abundantes obras sociales en el ámbito de la exclusión: trabajo social, guarderías, institutos, comedores, Casa Sacerdotal, cercanía al chabolismo, Patronato San José Artesano, Casa Esperanza, Centro Lugo, Casa del Carmen, Hogar Santa Rita, complicidad con los poderes de la Administración Pública, etcétera.

 

Todo su magisterio desembocó y cristalizó en el Sínodo Diocesano (Nº579-740)

El mejor homenaje a nustro querido Obispo Emérito es releer estos números del Sínodo y contrastar lo que aún queda pendiente.

En eso consiste vivir la «Memoria Histórica».

Gracias Ramón por tu confianza.


José Domínguez Pérez,

Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Canarias

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