Nacemos cada día

“Navidad: Natividad de nuestro Señor Jesucristo”. Así define el diccionario de la RAE el significado de la palabra. Lo que no se explica desde la academia de la lengua es el significado que la Navidad tiene para cada uno de nosotros y, curiosamente, eso es lo que realmente hace que la Navidad no sea sólo una efemérides o un cumpleaños, es lo que hace que se convierta en un homenaje a la Humanidad, al Ser Humano, a la Persona. De alguna forma, el nacimiento del niño Jesús se convirtió en el nacimiento de la esperanza, la justicia y el amor, y por ende, en el punto de origen de todas las personas.

 

En estos tiempos tan difíciles, en donde es complicado encontrar motivos de celebración, desde Cáritas Diocesana de Canarias creemos que es el mejor momento para celebrar la llegada de una nueva vida, de una nueva forma de ver el mundo, de un nuevo proyecto de sociedad, en donde los valores de la solidaridad y el amor y los derechos de cada persona, se sitúen por encima de cualquier otro tipo de interés. Una nueva propuesta que es tan vieja como la Navidad, pero que cada año se presenta como revolucionaria porque seguimos buscando la felicidad individual en lo material.

El nacimiento de Jesús debe enseñarnos que para ser persona sólo hay que nacer y que la felicidad no depende de las posesiones sino de la defensa de los derechos de todos y todas. Cristo vino a enseñarnos que sólo es posible conseguir otro tipo de sociedad si nos reconocemos como otro tipo de persona. Sólo cambiando el corazón de los individuos e individuas, podemos transformar nuestro entorno y así crear un nuevo mundo.

Es por ello que Cáritas Diocesana de Canarias emprendió hace más de un año la campaña “Amar la persona, amar sus derechos”, y en esta línea comenzamos una segunda etapa anunciando: “Otro tipo de persona, otro tipo de sociedad”.

Según la tradición, hace 2013 años que en un portal de Belén nació el Hijo de Dios. Nuestra experiencia es que, en una época tan complicada para defender los derechos y tan fácil para hacerlo con los intereses personales, cientos de personas entregan su tiempo de forma voluntaria para acompañar a quienes más lo necesitan, vemos como miles de personas dan lo poco y lo mucho que tienen para facilitar la construcción de puentes hacia las personas excluidas. Nosotros creemos firmemente que todos y todas somos hijos e hijas de Dios y que con cada una de nuestras acciones podemos volver a nacer en Él, y volver a ser Navidad.

Felices fiestas.

 

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