8M: La cara de la exclusión en Canarias es femenina

Cáritas Diocesana de Canarias constata que las mujeres son las que más sufren la inseguridad, el desempleo y la vulnerabilidad en el archipiélago

El Día Internacional de la Mujer es para Cáritas Diocesana de Canarias un día para poner el foco en aquellas situaciones que dan lugar a una mayor exclusión social de la mujer. Asimismo, es un día para poner en valor la labor que desarrolla la mujer tanto a través del voluntariado como del empleo en la Institución. Aproximadamente el 63% de las personas que atendemos son mujeres, el 78% del voluntariado es mujer y el 82% de las personas contratadas por esta institución también lo son. 

Los hogares que acompañamos desde Cáritas Diocesana de Canarias se encuentran encabezados principalmente por mujeres. Tal como indica el informe FOESSA (2022), el perfil de la exclusión en Canarias es femenino, caracterizado por situaciones de pobreza severa. Este informe indica que los colectivos con tasas de exclusión más elevadas en Canarias, son los hogares sustentados por mujeres cuyo incremento pasa del 27% en el año 2018 al 39,5% en el año 2021.

Esta diferencia está condicionada por el desigual acceso al mercado laboral que relega a las mujeres a los empleos más precarios con remuneraciones más bajas y menor reconocimiento social; y por la asociación de los cuidados al género femenino quienes asumen preferentemente tanto los cuidados de los menores como de las personas mayores y dependientes.

Las mujeres son las que más sufren la inseguridad, el desempleo y la vulnerabilidad, lo que trae graves dificultades de acceso a una vida digna y escasas oportunidades de desarrollar su proyecto de vida impidiendo su avance personal y laboral. Las múltiples violencias que se siguen ejerciendo hacia las mujeres –tanto sexuales como físicas, laborales y psicológicas— son una consecuencia directa de esta desigualdad estructural. Esta situación no solo le afecta a ella, sino a todos los miembros del hogar y en especial a los hijos, ya que el agotamiento por la falta de conciliación y corresponsabilidad aunado a trabajos con poca remuneración y muchas veces en economía sumergida, impacta en el bienestar socioe-mocional de la familia.

Al cuidado de menores y personas mayores

Tener hijos y/o hijas es uno de los factores más importantes de riesgo de pobreza y más determinante cuando se ejerce de manera monomarental. Resaltaba el Informe FOESSA (2022) el mayor riesgo de exclusión en los hogares con menores. Desde Cáritas constatamos que el 45% de los hogares acompañados tenía hijos a cargo, lo que evidencia la desprotección en la que se encuentran. En concreto, el 22% de los hogares que recibieron respuesta constituyen hogares monomarentales. El apoyo institucional no es suficiente para asumir el mantenimiento de un menor, menos aún cuando los gastos no son compartidos, de forma que la conciliación con la vida laboral condiciona la disponibilidad para el cuidado y educación de los mismos. Por otra parte, las mujeres también asumen el cuidado de las personas mayores.

Proyectos de Cáritas Diocesana de Canarias

El acompañamiento realizado a las personas mayores desde los proyectos del Área de Animación Comunitaria y Familia repercute también en sus cuidadoras, en la medida en que les supone un respiro. La mujer es el centro de algunos proyectos del Área de Animación Comunitaria y Familia. La centralidad de los cuidados en sus vidas, en ocasiones, genera desvinculación de sus propios proyectos personales y de su propia comunidad. Por ello, se realizan estos proyectos con la finalidad de generar espacios de encuentro, a la vez que impulsar acciones de desarrollo social, personal y comunitario.

Desde proyectos que venían dando mayor respuesta a perfiles masculinos, centrados en el sinhogarismo y las adicciones, se constata un aumento de la presencia de mujeres, poniendo en evidencia la mayor vulnerabilidad de las mismas, así como, una mayor apertura de los proyectos que se acercan a realidades más invisibilizadas aplicando una perspectiva de género. Los proyectos enfocados al sinhogarismo aumentaron la presencia de mujeres en un 6% en el último año (pasando del 13% al 17%) y los enfocados a las adicciones, pasaron del 25% en 2020 al 27,1% en 2022.

El sexo, en tanto que elemento estructurante, condiciona de manera decisiva la trayectoria vital. El ajuste macroeconómico se traslada a ámbitos invisibilizados de la sociedad, de forma que las mujeres, siguen concentrando mayoritariamente las tareas de reproducción biológica y sociocultural. Por todo ello, el 8 de marzo es un día de visibilización de las injusticias y de reivindicación del papel crucial de la mujer en el conjunto de nuestra sociedad.  

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