Esta nueva Ley supone una oportunidad de conseguir una norma realmente transformadora y necesaria para que la cooperación española tenga una visión estratégica con dotación de medios y recursos suficientes.

El Congreso dio luz verde a la nueva Ley de Cooperación el pasado 25 de Noviembre, pendiente todavía de su paso por el Senado.

Esta nueva Ley supone una oportunidad de conseguir una norma realmente transformadora y necesaria para que la cooperación española tenga una visión estratégica con dotación de medios y recursos suficientes para promover la justicia global y los derechos humanos.

Este texto es el resultado de un amplio proceso de debate en el que, desde Cáritas Española hemos participado intensamente en las acciones de incidencia llevadas a cabo por la Coordinadora de ONGD.

Destacamos algunas luces y sombras de la nueva Ley:

• La Ley contempla el objetivo de alcanzar el histórico 0,7% de la Renta Nacional Bruta para cooperación, y el 10% de esos fondos a acción humanitaria. Después de décadas sin que ese compromiso se haya cumplido, está bien que sea reconocido por ley, aunque sin una hoja de ruta que lo haga realidad puede quedarse en otra mera declaración de intenciones. Esto supone actualmente triplicar el presupuesto destinado a estos fines. Debemos mencionar que el proyecto de presupuestos generales del Estado recientemente aprobado en el Congreso destina para este próximo 2023 un 0,34% de la RNB.
• La Ley reconoce la importancia de la educación para la ciudadanía global. Para lo que se prevé necesario destinar el 3% de los recursos de Ayuda Oficial para el Desarrollo. La implicación de la sociedad civil como parte relevante de la cooperación es fundamental para garantizar una propuesta realmente transformadora.
• Reconoce a la sociedad civil como actor fundamental y normaliza su contribución en espacios de consulta, decisión y ejecución. La Ley reconoce ese rol, pero debe ir más allá y fomentar entornos que lo promuevan; es una oportunidad para definir claramente cuál es el aporte específico de las ONGD y de la sociedad civil.

En todos estos elementos Caritas como Confederación juega un papel fundamental porque creemos firmemente en la necesidad de contar con más recursos para la cooperación en un entorno de crisis global; porque tenemos presencia en todas las Comunidades Autónomas y podemos y debemos incidir en los partidos políticos, sensibilizar a nuestra sociedad de la responsabilidad que tenemos en la construcción de una ciudadanía con justicia global, y trabajar con nuestras Cáritas hermanas de tantos países de África, América Latina, Asia, Medio Oriente que necesitan que se escuchen sus voces y que la cooperación llegue con calidad y eficacia.