Día de la Infancia. Apostando por la protección y el desarrollo de los derechos de la infancia

El 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de la Infancia y el XVII aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989. Días como el 20 de noviembre sirven para recordar que los derechos de la infancia están ratificados pero no garantizados.

Desde el Área de Familia de Cáritas Diocesana de Canarias, y a través de los proyectos con la infancia y familia en los diferentes arciprestazgos, pretendemos promover el desarrollo socioeducativo de los niños y niñas de familias con dificultades de inserción social. Para ello, se han puesto en marcha diferentes iniciativas a través de las cuales se ha llegado a más de 120 niños, trabajando conjuntamente con las familias:

– De participación grupal, de carácter educativo en el tiempo libre, fomentando habilidades y hábitos que faciliten su desarrollo en la sociedad.

– De refuerzo escolar. Cada vez más, llegan demandas de las familias relacionadas con la necesidad de apoyo educativo o refuerzo escolar de niños y niñas. Por ello se articula respuestas que van dirigidas a la mejora de las posibilidades académicas de los niños y niñas que participan en las actividades como una vía para la transformación de su situación.

– De fortalecimiento de la familia como institución que da solidez al sistema social. En este sentido se generan y fortalecen espacios de participación con las familias por medio del desarrollo de una parentalidad positiva, haciendo conscientes y responsables a los progenitores de lo importante que es la formación, la comunicación y la participación para la mejora de las situaciones familiares, más allá de lo puramente económico o laboral.

En este trabajo con la infancia, siempre incorporamos la clave familiar porque entendemos que la familia es el principal núcleo socializador del menor y ésta debe evolucionar en su conjunto para que el menor pueda hacerlo. Del mismo modo, no perdemos de vista otros espacios de participación de los menores, como la escuela u otras instituciones con las que nos coordinamos.

Las personas voluntarias, desde su compromiso con la comunidad y con la sociedad, sirven de referente a las familias de otras formas de vida alternativas a los que propone el entorno habitual. Desde la labor que se realizan en los proyectos se acompañan los procesos vitales, tratando de fortalecer sus potencialidades.

Queremos que el mundo sea un lugar más justo e igualitario para la infancia y las familias que todos los días se acercan a Cáritas en busca de un acompañamiento en momentos difíciles en sus vidas. Ese es nuestro camino.

Lo que hace bien a la infancia, hace bien al conjunto de la humanidad.

Alejandro Cussiánovich

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