Valorando la sabiduría y la experiencia de las personas mayores

1 de Octubre: Día Internacional de las Personas Mayores

De los hogares que atendemos desde Cáritas, las personas mayores son el 16,9%. Es un porcentaje, además, que no ha parado de crecer en los últimos cinco años. Si bien cuentan con un ingreso constante, lo que observamos es que se trata de un ingreso insuficiente (el 37,2% recibe una pensión no contributiva) y que en muchas ocasiones ha servido de salvaguarda para toda la familia.

Sin embargo, lo que representa la principal dificultad desde el trabajo que se realiza desde Cáritas es la soledad. El 31,6% de las personas atendidas por Cáritas viven solas, si focalizamos en la personas mayores, observamos que es la situación del 47,8%. La soledad y la ausencia de apoyo social es una característica cada vez más presente entre personas de diferentes perfiles y es un factor determinante de exclusión social. La ausencia de apoyo y la falta de relaciones tienen repercusiones para la salud y favorecen el deterioro del estado emocional y cognitivo.

 

El 31,6% de las personas atendidas por Cáritas viven solas. La soledad y la ausencia de apoyo social es una característica cada vez más presente entre personas de diferentes perfiles y es un factor determinante de exclusión social. La ausencia de apoyo y la falta de relaciones tienen repercusiones para la salud y favorecen el deterioro del estado emocional y cognitivo. La soledad tiende a asociarse a las personas mayores, pero lo cierto es que no es un fenómeno exclusivo de este colectivo (datos de Cáritas Diocesana de Canarias de 2018).

Para dar respuesta a esta realidad, desde el Área de Familia de Cáritas Diocesana Canarias a través del proyecto  de APOYO FAMILIAR (presentes en los Arciprestazgos de San Lorenzo, Telde-Valsequillo, Telde Sur, Arucas, Gáldar, Ciudad Alta, Rehoyas, Siete Palmas y Fuerteventura)  se acompaña a las personas mayores que no cuentan con recursos familiares o sociales de compañía, atendiendo la falta de redes de apoyo de personas que, en muchos casos, tienen algún tipo de dependencia que les limita la autonomía plena.

Este tipo de acompañamiento supone una forma de actuar ante situaciones de soledad no deseadas que afectan a la calidad de vida de las personas. Más de 60 personas voluntarias del proyecto de Apoyo Familiar  intentan paliar las distintas situaciones de estas personas mayores y sus cuidadores acompañándoles varias horas a la semana.

El testimonio de estas personas voluntarias es la principal prueba de nuestra contribución a la mejora de estas situaciones. Así, una persona voluntaria del proyecto de Apoyo Familiar nos cuenta: “Las personas mayores que viven solas están muy desprotegidas. Cuando consigues que se pongan en contacto con los Servicios Sociales, con el Centro de Salud, y ya van teniendo esos beneficios, ves cómo va cambiando su vida. Ya no se sienten tan solas y hasta sus dolencias, sus enfermedades… se nota la diferencia en que mejoran”.

Ante una sociedad en la que no se valora la experiencia y la sabiduría de las personas mayores, nos unimos a la reflexión del Papa Francisco que recuerda que “Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de acogida, que haga sentir al anciano parte viva de su comunidad” (Catequesis del Papa Francisco sobre los ancianos).

Soñamos con que nuestros mayores no se encuentren solos y sean parte activa y esencial en la construcción de este mundo y para nuestro desarrollo.

Animamos a que disfruten de toda la sabiduría de nuestros mayores, a toda persona que quiera hacerse voluntaria, que se anime,  es una experiencia única teniendo la gran oportunidad de compartir con personas mayores que tanto han vivido, que  tanto tienen que enseñarnos y tanto que  aportar a la sociedad.

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