#25N Día Internacional para la Erradicación de la Violencia Machista

La violencia machista es la máxima expresión de la desigualdad entre hombres y mujeres. Entre las diferentes manifestaciones de la violencia machista, la prostitución y la trata son las formas más invisibilizadas y desconocidas en nuestra sociedad. Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia Machista, queremos poner el foco en una realidad que Cáritas Diocesana de Canarias conoce bien, la realidad de las mujeres en situación de prostitución y trata con las que trabaja Centro Lugo.

Los datos que se manejan sobre la prostitución, indican que ésta ha sido y es ejercida en su mayoría, y de forma abrumadora, por mujeres y niñas, mientras que los consumidores tradicionales han sido y son, sobre todo, hombres. La prostitución se basa en una construcción de sexualidades masculinas y femeninas dicotómicas y opuestas, en la que las mujeres deben estar al servicio de las necesidades sexuales de los hombres. La prostitución se crea como una forma de control sobre las mujeres, pero su uso también es una forma de permanencia y reproducción de la masculinidad tradicional.

Desde Cáritas Diocesana de Canarias, y más concretamente desde su proyecto Centro Lugo, se observa que la prostitución es el reflejo de una sociedad que, como parte inherente de su funcionamiento, crea pobreza y margina. En las realidades de las mujeres víctimas de prostitución y trata de las mujeres que atendemos, observamos tanto procesos de empobrecimiento tradicionales (carencias personales y familiares, vulnerabilidad, violencia y explotación sexual…) como otros más nuevos y estructurales (migración, leyes de extranjería, redes de explotación…).

La prostitución es un tema muy delicado y muy complejo. Muy delicado porque, al fin y al cabo, toca lo profundo de las relaciones humanas, la dignidad y la igualdad entre hombres y mujeres; y muy complejo porque entran en juego muchos factores, como la exclusión, la explotación, el mercado y el poder.

Además, esta complejidad pasa por la diversidad de sus manifestaciones (prostitución callejera, clubs, pisos, domicilio…), por los elementos que intervienen en ella (el demandante, la persona que la ejerce, proxenetas y otros beneficiarios), la cultura en la que se desarrolla y por su propia comprensión social, que se mueve entre el rechazo y la estigmatización, y el sostenimiento y la potenciación cultural.

Una sociedad madura y consciente, compuesta por hombres y mujeres en situación de igualdad de oportunidades, y con el respeto a la dignidad humana por encima de cualquier otra cosa, es una sociedad donde no hay necesidad ni de ejercer la prostitución ni de consumirla.

Siendo una sociedad madura y consciente la que va a hacer posible la desaparición o, por lo menos, la disminución significativa del fenómeno de la prostitución, de manera global habría que dedicar importantes esfuerzos a la construcción de:

1. Un nuevo marco de relaciones entre hombres y mujeres, basado en la educación en igualdad.

2. Un nuevo sistema económico justo y sostenible, basado en la justicia social.

La prostitución es un fenómeno global, y como tal requiere de cambios globales para tocar efectivamente sus raíces y privarlo de los factores que lo alimentan. En la situación actual, y para seguir caminando, se plantean a continuación una serie de propuestas que pueden ser pasos a dar en diferentes ámbitos:

  • Derechos.
  • Educación en valores.
  • Sensibilización y denuncia.
  • Acompañamiento.
  • Explotación y trata de personas.

Seguiremos trabajando por la dignidad de las mujeres que atendemos. Seguiremos luchando por la igualdad entre hombres y mujeres.

Hoy, 25 de noviembre, decimos BASTA YA de violencia contra las mujeres.

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