Por Carmen Gómez de Barreda, técnica de Cooperación Internacional de Cáritas Española

Tras su viaje a Ucrania, Carmen Gómez de Barreda, técnica de Cooperación Internacional de Cáritas Española, escribe sobre el agotamiento psicológico de las personas afectadas por la guerra y el cuidado que prestan los equipos de las Cáritas de Ucrania para ayudar a mejorar su salud mental.

Un encuentro con las Cáritas en Ucrania es siempre conmovedor. Por mucho que uno lea y sepa de los programas y actividades que desarrollan, el encuentro personal con la gente, visitar los proyectos, conocer las historias personales…, es toda una lección, 

La salud mental como prioridad

Para mí ha sido un lujo haber podido estar con los trabajadores de Cáritas y con las personas que atienden. Una de las cuestiones que más me impactan es el tema de la salud mental, ya que esta situación ha afectado a todos: huir a otro país o no, cambiar de ciudad y a cuál ir o no…, son decisiones muy difíciles, traumáticas, y que obligan a asumir unas consecuencias que nunca son perfectas.

Humanidad y compasión

En este contexto, las Cáritas en Ucrania han reforzado sus servicios previos, y activado un servicio de atención humanitaria sin precedentes, de calidad y calidez. Las actividades rezuman humanidad, compasión, empatía y amor, todas ellas cualidades muy necesarias para las personas afectadas.

Las consecuencias directas e indirectas de este conflicto hacen del cuidado psicosocial una prioridad para ésta y futuras generaciones. También lo es para el propio personal de las Cáritas, que lleva 2,5 años de trabajo intenso, y que necesitan cuidarse para evitar el agotamiento laboral y sostener unos servicios de calidad a medio y largo plazo.

Haber compartido unos días con ellos y ellas renueva -y aumenta- mi orgullo por los equipos, y mis ganas de seguir trabajando en la construcción de una sociedad justa para todos.

Última actualización: 8 de agosto de 2024